Arbol de la Vida

Mario Bencastro

1

Una lluviosa noche de rayos y truenos, Casiano sorprendió a Matilde, su prometida, en la cama con Hermógenes, su hermano gemelo.

Al instante y sin vestirse, Hermógenes tomó su machete y, como gato salvaje, saltó a ponerse en guardia.

Los gemelos se enredaron en furiosa reyerta de machetazos, maldiciones y sangre. Matilde, mientras tanto, gritando como loca, sin ropa y sin virginidad, corrió hacia el patio, donde fue recibida por truenos y un lacerante rayo que la fulminó dejándola tendida a la entrada del rancho.

Hermógenes finalmente hirió de muerte a Casiano. Bajo la lluvia torrencial arrastró el cuerpo hacia una fosa cerca de un enorme árbol. Trajo también el de Matilde y lo tiró junto al de Casiano.

Los dos cuerpos quedaron colgando de las gruesas raíces del árbol que salían de la fosa como si fueran temibles serpientes.

Las raíces se los tragaron. Matilde y Casiano recobraron la vida dentro del árbol, quedando cuerpo a cuerpo, juntos y felices porque, al revivirlos, el árbol borró en Casiano todo rastro de odio.

2

Años después, la municipalidad construyó un parque alrededor del monumental árbol. En honor a sus bellas y grandes flores rosadas, denominó al caserío Pueblo Rojo.

Bajo la sombra y al alegre concierto de los pájaros bautizaban a los niños, aprendían el catecismo y hacían la primera comunión los muchachos, y los novios eran unidos en matrimonio.

Los fines de semana ahí instalaban su negocio el barbero, el zapatero y vendedores ambulantes.

Cada cuatro años, bajo el árbol también se reunían las autoridades políticas para investir al nuevo alcalde.

Para las fiestas del Domingo de Resurrección construían un altar frente al grueso tronco del árbol. El obispo celebraba misa solemne ante la muchedumbre de fieles que peregrinaban desde ciudades y pueblos vecinos.

Al cabo de la misa, los músicos amenizaban el carnaval con marimbas, guitarras, maracas, acordeones, tambores, pitos y voces. La gente se unía al canto y al baile de rancheras, cumbias y boleros.

Aparecían las ventas de deliciosas comidas típicas y refrescos. Los niños corrían a subirse a la "Rueda de caballitos" y a la "Silla voladora". La lotería ofrecía fortunas incalculables por cinco centavos.

En su carpa desteñida una gitana desdentada leía la palma de la mano a una muchacha sorprendida ante el augurio de que un mozo rico y apuesto se casaría con ella. La moza suspiraba de amor mientras la gitana escondía entre sus bultados senos el billete cobrado.

El circo anunciaba "El espectáculo más grande del mundo en que un ser humano se convierte en culebra". Se trataba de una mujer disfrazada de víbora cascabel. Pero todo el mundo terminaba riéndose de los chistes vulgares de los payasos, y de los tropezones de los bailarines borrachos que caían sobre la "Mujer Culebra".

El gigantesco árbol abrigaba con su sombra al carnaval. Aportaba brisa fresca, trinos de chiltotas y cenzontes. Sus flores descendían al suelo para formar una rojiza alfombra en que jóvenes y viejos danzaban hasta que entraba la noche.

3

La guerra civil se apoderó del país. El gobierno acometió la tarea de limpiar el campo de insurgentes.

Una apacible tarde de verano la tropa llegó a Pueblo Rojo. Algunos habitantes lograron huir hacia las montañas. Cuando regresaron el pueblo estaba reducido a escombros. Abrieron una gran fosa en la plaza cerca del árbol y enterraron los muertos.

Al anochecer las enormes raíces se los tragaron y resucitaron dentro del árbol. Ancianos, mujeres y niños, soldados y rebeldes, incluso el cura del pueblo, se encontraron con familiares, amigos y enemigos, para vivir juntos y felices dentro del majestuoso y benevolente árbol.

(1981)